¿Solo
hablamos de barreras arquitectónicas?, o ¿sociales?
Me gustaría compartirles
como las he vivido yo desde las diferentes dimensiones. Así como citar algunos
ejemplos sobre estas barreras.
Alguna vez llegó a mi
material bibliográfico, relacionado con las barreras arquitectónicas que
existen en las diferentes comunidades, y cómo son vividas por las diferentes
discapacidades que algunas personas padecen. Utilizo a propósito el término
“padecer” porque efectivamente en la mayoría de las sociedades se padecen,
tanto los familiares que nos apoyan como la persona misma que es apoyada.
También recuerdo una ocasión
en que una persona invidente, con su bastón recorría con sumo cuidado los
arbustitos “bonitos” que ponen fuera de los hospitales con los cuales se
delimita por donde no pasar; en ocasiones para evitar que se pise el césped y
otras por ornamento, dejando libre solo pequeños espacios por donde dirigir la
circulación peatonal. Dicha persona a
solo unos pasos de llegar al acceso, decidió regresar y buscar otra opción.
Cabe mencionar que no vi a ninguna de las personas cercanas apoyarlo, diciéndole
que estaba próximo el paso.
Igualmente puedo comentarles que los portones eléctricos de las cocheras, son activados frecuentemente desde el interior de las casas y no existe la precaución de asomarnos para ver si va pasando por la banqueta alguna persona invidente, con compromiso motor o una persona mayor.
Alguna vez han observado que
en algunos lugares de recreación o esparcimiento como pueden ser cines,
teatros, etc… no existen rampas o
elevadores. A veces las personas pueden desplazarse con apoyo de sus
familiares para ingresar a la sala del teatro por ejemplo, pero los que no,
deben abstenerse de este tipo de entretenimientos.
Recuerdo que en cierta
ocasión, por algunos meses necesité desplazarme con silla de ruedas. La primera
barrera física que me encontré fue en el mismo hospital que me atendía. Las
escaleras estaban ligeramente desprendidas lo que hacía una inclinación con la
cual hasta las personas con buena marcha podrían caerse. También las pequeñas rampas tenían una inclinación
inadecuada, haciendo que a las personas que apoyan para trasladar al paciente, se
les complique el ascenso y la persona le pese demasiado.
Y QUE PASA CUANDO
HABLAMOS DE LAS BARRERAS SOCIALES?
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Asimismo pude darme cuenta
que en las tiendas departamentales no existen asient os para esperar mientras se
compra en estos almacenes, y cabe mencionar que son necesarios.
Los familiares hacen grandes
esfuerzos para cargar a los hijos que ya están grandes y no cuentan con sillas
de ruedas en poblaciones de bajos recursos, y el entorno no facilita esta
situación.
Y qué decir de cómo lo vive
la persona con discapacidad, que se da cuenta y le preocupa el
esfuerzo de su acompañante y siente molestia
al ser tratado inadecuadamente.
Algunas veces la misma persona defiende sus derechos pero hay ocasiones en que prefiere callar ante oídos “SORDOS”, es decir, PERSONA QUE ESCUCHA PERO NO APOYA, SINO INTERFIERE.
En las mismas escuelas
especiales los dirigentes insisten en que sean instaladas rapas o elevadores para los pisos altos,
justificando la imperiosa necesidad ante esta población. Y son los encargados
de las remodelaciones quienes argumentando la falta de recursos económicos y el
alto costo de un elevador o las grandes rampas, hacen caso omiso de las
necesidades de estas personas.
Algunas familias rompen con
las barreras quitando las discapacidades de sus hijos. Para ejemplificar lo
anterior, les comparto dos enlaces de Adriana Macías.
Te invito a revisar los siguientes artículos:
Mi hijo tiene discapacidad... ¿Qué hago?
Autismo
Teoría VS Realidad
¿Tengo un proyecto de vida para mi hijo con discapacidad?
¿Cómo ayudar a los hijos con o sin discapacidad de padres divorciados?
Recomendaciones para la persona que cuida a un familiar con discapacidad
Sentimientos y emociones ante la discapacidad de mi hijo
Trátame como persona, aunque seas especialista
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