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domingo, 28 de abril de 2013

¿Deben los padres compartir la cama con los niños CON o SIN discapacidad?



 
¿Deben los padres compartir la cama con los niños CON o SIN discapacidad?
 
Es muy frecuente que cuando se tiene un hijo con discapacidad lo llevemos al cuarto de los padres y sin darse cuenta pasan los meses y los años, hasta formar un mal hábito en el pequeño el cual sé rehusara a dormir solo, limitando su independencia.

 
 
 
¿Que nos lleva a compartir la cama con nuestro niño(a)?



 
Una razón por la que los hijos comparten la cama con los padres, podría ser la preocupación por la salud vulnerable del pequeño.

  
 
 
Otra podría ser el temor de verlos muy chiquitos para dejarlos solos (en su cuna). Sin embargo, con esto estamos propiciando una dependencia muy fuerte con los padres. Pues el niño no aprenderá a dormir solo y lo que estamos fomentando es la inseguridad del niño y aprenderá a manipular a los padres para regresar a dormir con ellos una y otra vez.
 

También puede parecer más cómodo tener al niño junto para atenderlo, y así los padres no se deben levantar aceptando que el niño se quede dormido en la cama con ellos.
 
 

Detengámonos un momento a reflexionar lo que realmente pasa con el niño/a:
 
 
 
¿Ha pensado usted como se sentiría durmiendo entre 2 gigantes?, cuando le pusieran un brazo encima de su cuello, o una pierna y cuando se dieran la vuelta ¿cómo sentiría que se mueve la cama? Además es muy importante mencionar que la pareja se aleja considerablemente cuando comparte la cama o recámara con los hijos. Tampoco debe irse uno de los padres a dormir con el pequeño pues el resultado es el mismo.
 
 
 




Lo  idóneo es que desde que llega el niño a casa debe dormir en su cuna y al poco tiempo 2 o 3 meses pasarlo a su cuarto. Si el niño se pasa a la cama regresarlo una y otra vez.

Dependiendo la edad del niño debemos seleccionar la estrategia con la cual podemos llevar a cabo lo anterior.
 





 
 Muchas parejas se alejan al tener un hijo con discapacidad por lo que están viviendo. Si a esto agregamos también limitar el espacio y privacidad de la recámara de los padres, cuando el hijo duerme en el cuarto e incluso en la cama con los papás, ésta distancia entre los padres se hará mayor. Por este motivo es muy importante respetar los espacios tanto de los papás como del propio hijo/a.
 



Ayudemos a nuestro hijo a fomentar su independencia y seguridad desde el nacimiento.
 
 
Esto aplica para cualquier hijo, CON o SIN discapacidad.


 

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