¿Qué es una
norma?
Una
norma es una regla a la que se deben ajustar las conductas, tareas y
actividades del menor (y en general del ser humano) en una determinada
sociedad. Son reglas y principios que deben seguirse.
Las
normas le permiten al niño poder tener puntos de referencia claros sobre lo que
debe o no debe hacer, ayudándole a predecir las consecuencias de su conducta. Desde
el nacimiento el menor empieza a conocer las normas de la infancia. Por ejemplo,
si lo cargan siempre que llora, si come siempre que lo desee, si por las noches
se le da leche aún a los 4,5,6 o más meses de edad, etc.
Estas
normas y límites que le enseñamos al niño están relacionadas directamente con
los hábitos. Además, las normas y límites claros le permiten al niño sentirse
más seguro. A diferencia de cuando no establecemos constancia en los límites,
ya que esto generará confusión e inseguridad en el menor.
La
importancia de establecer límites y normas claras es para darle herramientas al
niño que más adelante le sirvan para poder relacionarse con su medio. La
educación de la infancia le proveerá la seguridad necesaria para saber cómo
comportarse en su medio social y también a hacerse responsable de sus
decisiones. Lo anterior se relaciona directamente con la autoestima del niño.
Para
que las normas y límites sean eficientes, estos deben ser: claros, razonables,
coherentes, adecuados, objetivos, firmes y positivos. Además explicar porque se
lleva a cabo cierta norma puede servir para que el menor comprenda la
importancia de la conducta. También es importante que los límites sean
positivos, es decir, que se explique lo que se debe hacer, en lugar de lo que
no se debe hacer.
Al
marcar una regla es importante: hacerlo en el momento justo en que se lleva a
cabo la falta y desaprobar únicamente la conducta y no al niño. En caso de
aplicar algún castigo, éste debe ser coherente con el tamaño de la falta del
niño.
¿Quién debe
educar en la familia?
Son
los padres los responsables de la educación del menor y no solo la madre o persona
que cuide de los niños. De esta educación depende directamente la socialización
del niño/a y la integración al mundo que lo rodea. Además ambos padres o las
personas involucradas en la educación del niño, deben ponerse de acuerdo para
establecer las mismas normas y límites al menor.
Alguna
vez ha pensado...
¿Qué niño tan mal educado?.
¿Le agradaría que ese niño fuera el suyo?
La
eficacia de las normas es resultado de la constancia con que se aplican. No se
puede corregir una conducta si a veces reprendemos y otras veces no lo hacemos.
¿A qué edad se
empieza a enseñar normas y límites?
Cuando
más tarde o mayor sea el niño, cuando empecemos a educarlo, más les costará a
los padres corregir las conductas negativas.
Igual
que debemos corregir las conductas negativas debemos reforzar las positivas
para incrementar la autoestima de su hijo/a
y así sepa que camino debe seguir.
¿Qué hacer con
las conductas positivas?
Con
frecuencia los padres de familia pasan inadvertidas las conductas positivas de
los hijos, porque éstas no generan molestia. En cambio ponen atención a las
malas conductas, reprendiendo al niño por ellas. El resultado de este tipo de
dinámica en casa, genera que el menor se forme una imagen negativa de sí mismo,
afectando su autoestima. Colateralmente el niño repetirá más las malas acciones
porque pensará que esa es su forma de ser, o incluso porque esa es la única
forma de llamar la atención de los padres.
Los
niños necesitan tanto del cariño como de la disciplina, se les tiene que educar
con amor, pero también con firmeza y determinación.
Para
adquirir un hábito, así como una norma, es necesario que el niño lo vea en sus
padres y hermanos; recordemos que el niño aprende lo que vive. Y dependiendo de
la constancia que tengamos en las normas y límites que le pedimos, lograremos o
no, que el niño los adquiera.
Es
importante que NO olvidemos que el
hijo/a con necesidades educativas
especiales y/o discapacidad debe seguir las mismas normas y limites que los
hermanos y aprenderá a seguirlas según su desarrollo y los hermanos no se
sentirán enojados de que solo a ellos se le exige (Leer artículo "Los hermanos del niño con discapacidad").
Se
debe corregir a los hijos para poder establecer las normas, porque los amamos,
porque si lo dejamos hacer cuanto quiera, cuando crezca desacatará cualquier
autoridad; y no estará enseñándolo a convivir con sus semejantes.
¿Cómo integrar
un menor con discapacidad a la sociedad?
Para
que el menor sea integrado a la sociedad que le rodea, primero debe estar
integrado a su familia. De la integración y aceptación que el menor tenga en
casa, podremos obtener la integración a su entorno. Existen muchos niños que ni
siquiera sus propios padres y hermanos disfrutan por la falta de
establecimiento de límites. Este tipo de niños se sufren y esto afecta
directamente las relaciones sociales del menor también fuera del hogar.
Recordemos
que los padres no van a vivir para siempre y si no educan al menor con
discapacidad posteriormente los hermanos no querrán apoyar al hermano/a con
discapacidad él cual ya será también un adulto con el que no se puede convivir.
Nuestros
menores presentan discapacidades o necesidades educativas especiales, no
podemos negarlo, pero lo más importante es que también tienen logros y pueden
aprender lo que se les enseñe; y muchas veces no aprenden a comportarse como es
lo esperado para un niño de su edad, porque no se lo hemos enseñado.
Una
de las características de los niños con síndrome de Down es que son muy necios,
y es por ello que debemos ser siempre constantes en seguir las reglas para que
las aprenda. Todos los niños sin distinción alguna aprenden, solo que algunos
requieren de más repeticiones para adquirir las reglas, como el síndrome antes
mencionado; así como los pequeños con discapacidad intelectual. En estos casos
los padres tienden a ser más tolerantes con el niño, provocando un retraso
mayor por la forma de tratarlo más que por la discapacidad misma. El niño para
aprender debe experimentar y hacer las cosas por sí mismo. Si los padres no exigen
porque no saben si el niño podrá hacerlo, entonces en niño no aprenderá.
Si
no esperamos que nuestro niño actué de acuerdo a su edad, el menor pensará que
aún es un bebé o cargará con el rotulo de la discapacidad impuesta
principalmente por sus propios padres. (Leer artículo "Barreras").
El
niño solo necesita que sus padres crean en él y en sus capacidades para así integrarse
al entorno social en el que está inmerso.

Te invito a leer los siguientes artículos relacionados con el tema:
¿Los abuelos intervienen o interfieren en la educación de los nietos con discapacidad?
Adquisición de hábitos
El niño y la televisión
¿Deben los padres compartir la cama con los niños con o sin discapacidad?
¿Qué hacer con los berrinches de nuestros hijos?
Educación inteligente: Método de consecuencias lógicas
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El juego
Apego: Vínculo afectivo entre padres e hijos
Película recomendada: "Un milagro para Helen"
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