
Los niños con autismo tienen conductas muy diferentes a lo
que esperamos de “nuestros bebés”, ellos “parecen” no ver, no oír, y pareciera
que tienen un mundo interno. Los vemos alinear objetos y no responder al
contacto visual, ni devolver caricias y aunque algunos de ellos permiten ser
acariciados, se perciben distantes.
Los padres en ocasiones se niegan a aceptar el diagnostico
porque a veces los niños responden de la forma en que esperamos. Lo anterior
conlleva a que los padres vivan tristezas y decepciones en lo que ubican el
diagnóstico de su niño/a.
Estos menores se angustian con frecuencia mostrando fuertes
berrinches, y nosotros debemos estar conscientes que estos berrinches son su
forma de comunicarnos que se sienten amenazados.
Asimismo, guardan toda la información que viven, y aunque se
observan distantes, en un futuro harán uso de esta información.
Para apoyarlos a estructurar esta información es necesario
establecer rutinas y respetarlas, para así poder disminuir su angustia. Una
técnica para apoyar estas rutinas y hacer más fácil su aprendizaje son los
dibujos (pictogramas).
Por ejemplo:
DESPERTARSE
7:00
VESTIRSE
Y así marcar todas las rutinas a seguir durante el día.
Tienen dificultades en actividades muy sencillas pero tienen
cualidades en otras como son una gran concentración, capacidad de ordenar cosas
pequeñas y una gran memoria.