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lunes, 2 de septiembre de 2013

Trátame como persona, aunque seas especialista


TRÁTAME COMO PERSONA, AUNQUE SEAS ESPECIALISTA
 




La importancia del trabajo de docentes y de especialistas con los alumnos o pacientes sin dejar de lado los sentimientos de la persona con discapacidad.


Los médicos, maestros y personal de apoyo en escuelas y hospitales están preparados para realizar su trabajo y cuentan con gran conocimiento y experiencia. Sin embargo en ocasiones basarse en dichos conocimientos, puede dejar un poco de lado a la persona, que aunque es alumno o paciente, no deja tener sentimientos y emociones.

Para dar atención a enfermedades y discapacidades, requerimos de todos los conocimientos teóricos de los profesionistas o especialistas. Su experiencia es indispensable para poder dar respuesta a muchas preguntas. Sin embargo, para que el trabajo tenga el resultado esperado y no se afecte la parte emocional de los niños y jóvenes, se recomienda escuchar a los padres, debido a que ellos son las personas que más conocen a su hijo y pueden proporcionar estrategias para el trabajo con los chicos.

Es cierto que la preocupación de los padres en ocasiones interfiere con el trabajo de independencia del menor.  No obstante, si sabemos integrar un equipo de trabajo “especialistas-padres de familia” podemos obtener resultados mucho mejores, debido a que ambos tienen interés en que los niños y jóvenes adquieran competencias que les permitan desarrollar sus habilidades y capacidades al máximo.

En ocasiones con el afán de alcanzar metas, podemos olvidarnos de la persona y de que cada ser humano es único y debemos respetar sus ritmos y estilos de aprendizaje, así como SU PROPIA MOTIVACIÓN PARA APRENDER.

Los médicos y maestros de nuestros hijos son nuestros aliados y  nos enseñaran a conocer mejor a nuestro hijo(a), sobre la discapacidad que presenta, y sobre sus limitaciones que en ocasiones como padres no reconocemos. Si los profesionales y los padres forman un equipo de trabajo, será más fácil entender las emociones de nuestro hijo, y desarrollar las capacidades que tiene, conociendo también las limitaciones, y trabajando en conjunto para que alcance el máximo grado de desarrollo que sea posible.  

El trabajo de los maestros con los niños con discapacidad es muy importante. Los profesores trabajan con sus alumnos favoreciendo su curiosidad y utilizan sus conocimientos y experiencia para que los niños aprendan nuevas competencias. Así los maestros buscan estrategias que les agraden a los niños para que puedan disfrutar y divertirse mientras aprenden.

Entonces si padres y maestros tienen el mismo objetivo que es el óptimo desarrollo del niño con discapacidad, ¿porque afectan el trabajo el uno del otro en ocasiones por no escucharse bilateralmente?

Cuando los padres no trabajan en equipo con los maestros para reforzar lo aprendido en la escuela, esto repercute en el desarrollo del menor. De igual forma, cuando los maestros y equipo de apoyo no escuchan a los padres que son las personas que más conocen a su hijo, esto repercute negativamente en el niño, tenga o no tenga discapacidad.  Sin embargo, cuando alguna discapacidad está presente, esto limita más el desarrollo del niño o joven. De esta forma, si los especialistas no escuchan las necesidades de los niños y su familia, esto lastima de manera profunda los sentimientos tanto del menor como de su familia.

Los padres y maestros deben aprender a escuchar los sentimientos y necesidades del niño con discapacidad. Es verdad que es importante dar respuesta a los problemas con los conocimientos y experiencia, pero igual de importante es dar respuesta a las necesidades emocionales de la persona con discapacidad.

Los niños con discapacidad no siempre expresan sus sentimientos y emociones tal vez por falta de confianza, porque la discapacidad que presenta no le permite expresarlos, o porque hemos afectado su autoestima.

En la medida en que aprendamos a entender las necesidades de cada persona, será más fácil adecuar estrategias de intervención y educación que nos permitan aprender juntos y ayudar a la persona con discapacidad a desarrollarse al máximo.

Padres, médicos, maestros, equipo de apoyo, etc. aprendamos a ser un equipo multidisciplinario con una misma meta: la salud y bienestar biológico, psicológico y social de nuestro niño. En la medida que aprendamos a escucharlo y entenderlo, podremos adecuar y conjuntar nuestros esfuerzos para dar la mejor solución para cada caso en específico.

No olvidemos el equilibrio de tratar a nuestros pacientes o alumnos como personas, aun cuando nosotros seamos especialistas basados en conocimientos y teorías, que a veces nos hacen olvidar que los sentimientos y necesidades también son muy importantes de tomar en cuenta.
 


Trabajemos en equipo… unidos por un mismo fin.

 

Los invito a revisar el siguiente video que hace poco tiempo nos compartió una persona en la página de facebook.


 

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