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domingo, 22 de septiembre de 2013

Apego: Vínculo afectivo entre padres e hijos


Apego: Vínculo afectivo entre padres e hijos
La forma en que se vinculan padres e hijos es determinante en la formación de la personalidad del menor.
 


 
El apego es el vínculo que establece el niño con las personas significativas de su vida desde el nacimiento. Es la forma en la que el niño se vincula afectivamente con otra persona de manera intensa por medio de la interacción. El niño desde el nacimiento comienza a relacionarse con sus padres y busca su protección. El apego hace que el menor sepa que el padre o la madre estarán ahí de manera incondicional lo cual le proporciona consuelo y protección.

El apego es el lazo afectivo que se forma entre el bebé y las personas de su núcleo familiar, con el objetivo de buscar el contacto físico y emocional a lo largo de su vida que le proporcione seguridad emocional. Sin embargo, cuando el niño se siente amenazado o inseguro, ésta relación se altera provocando una unión más fuerte en la que el niño no desea separarse de la madre por la inseguridad que siente al estar lejos de ella.

La primera relación de apego que establece el bebé es con la madre por los cuidados y atención que necesita de ella. Dependiendo de cómo se relacione la madre con el bebé y de la seguridad que le brinde, será el tipo de vínculo que se formará entre ellos. La forma en que el bebé aprenda a relacionarse con la madre será determinante en la formación de su personalidad.

Al nacer el apego es inherente en la relación madre - hijo(a). Tenemos necesidades básicas como las fisiológicas (comer, dormir, etc...), de juego y de establecer vínculos afectivos. El apego esta dentro de éste último tipo de necesidad. Los vínculos afectivos son una necesidad que forma parte del desarrollo de un niño recién nacido. Si esta necesidad no es satisfecha, el niño, adolescente, joven o adulto sufrirá de "aislamiento o carencia emocional".



Cuando hablamos de apego no nos referimos a la protección de la madre sino al vínculo afectivo entre madre e hijo que le dará seguridad para propiciar en un futuro su autonomía. Actualmente, los padres participan más activamente en el cuidado de los hijos, por lo que también forman este vínculo que fortalecerá emocionalmente al menor durante su desarrollo.

El apego también se puede dar con personas ajenas al núcleo familiar pero cercanas al niño, como son abuelos que vivan en casa, cuidadoras o docentes. La relación del menor con todas sus personas significativas es muy importante para brindarle seguridad y CONFIANZA, para que en un futuro sea independiente.

La etapa de mayor apego se da entre el año y los 2 años de edad. Esta etapa coincide muchas veces con la entrada del niño a guarderías, estancias infantiles o al maternal. En esta etapa el menor ya reconoce a las personas de su núcleo familiar y rechaza a los extraños. La cercanía con personas que no le son familiares al niño le causa angustia. Al principio el menor sentirá confianza de acercarse a personas extrañas únicamente si los padres están presentes. Poco a poco se debe favorecer la separación del niño con los padres. Al ingresar a la escuela se debe coordinar con la misma la óptima integración del menor para que el niño sienta tranquilidad. Es muy importante esta integración porque en este momento el niño empieza a convivir con sus iguales, dejando de ser el centro de atención, como es con su familia. El niño aprenderá así a formar relaciones interpersonales con personas ajenas a su familia, como son sus compañeros y maestros.

 
El apego desde el nacimiento hasta los 6 años se da principalmente con personas del núcleo familiar o personas muy cercanas al menor. Posteriormente existirán diferentes apegos a lo largo de la vida, como es con la pareja, los hijos, entre otros.

Es necesario favorecer también las relaciones del niño con familiares cercanos, abuelos, tíos y primos para ir ampliando las interrelaciones familiares y apoyando las competencias sociales de nuestro hijo(a).

 
Diferencia entre el apego y la simbiosis afectiva

Es bueno favorecer el apego más no la simbiosis afectiva. En el apego se forma un vínculo en el que el niño sabe que la madre lo quiere, lo apoya y lo protege pero en el que “tu no dependes de mi para poder existir y vivir, y yo no dependo de ti para poder existir y vivir”, la relación es fuerte, existe un amor recíproco y libre que genera independencia.

En cambio la simbiosis afectiva es la relación estrecha entre dos personas que “no pueden vivir el uno sin el otro”, es decir, crea dependencia entre ambos individuos.

Las relaciones con simbiosis afectiva son muy intensas pero un tanto egoístas. Son relaciones dependientes, inseguras, posesivas, y a la hora de separarse uno o ambos de los sujetos son incapaces de seguir su vida normalmente. En pocas palabras, uno de los participantes de la relación tiene más necesidad que amor por su compañero. Ocurre lo siguiente: “te quiero porque te necesito”.

 

Los invito a revisar el siguiente enlace:  APEGO

 

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